miércoles, 6 de junio de 2012

El mausoleo del ahogado

En la plena oscuridad de la noche, escuché un gemido de desesperación. Corrí hacía el jardín y observé el gran mausoleo. Dudé en entrar, ya que la mayoría de los cuerpos que descansan aquí murieron por asfixia. Dejando mis temores atrás, abrí la pesada puerta del mausoleo: Un crujido en el piso de madera me provocó terror, hizo que pareciera embrujado. Detrás de las puertas, espíritus y calaveras cobraron vida; ahogo y desesperación; las únicas sensaciones que podía percibir.

De repente los espíritus huyeron, las calaveras se aquietaron y apareció un familiar anciano mirándome con emoción, estuvo varios minutos tratando de pronunciar alguna palabra mientras yo seguía en estado de shock. Luego de diez eternos y escalofriantes segundos, el anciano dijo: "¡NO!, ¡NO!". Me estaba mirando, con una mano extendida hacia mí. Cuando el anciano grito, corrí hacia él tratando de ayudarlo, pero al acercarme este desapareció. Escuche rasguños y golpes, una puerta que se abría, pasos y gritos. Mi vista nublada no me permitía ver la sombra que entro y me saco al jardín. Un estallido de agitación salio de mí. No había nadie a mi lado. Ahí entendí que todo había sido una alucinación por la falta de oxigeno. Pero ¿Quién me saco del escalofriante mausoleo?




Lucila Belén Grande & Bianca Lucia Baroffio

1 comentario:

  1. Muy bien, chicas! Muy bien logrado el suspenso a través de las oraciones breves y unimembres! Pero fijate, Lu, que faltan algunos acentos que desvirtúan la excelente narración.
    Además en la última oración correspondería el pretérito pluscuamperfecto: "¿Quién me había sacado...?"
    Tal vez, también revisaría la división en párrafos...

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